Cuánta paciencia, viernes 19 de junio de 2010
Queridos conciudadanos, queridos patriotas, queridos canarios, pero sobre todo, queridos tinerfeños, chicharreros de pro. Llega una de las horas decisivas para la tierra que hace años, no tantos, vio nacer a este pesado que cada tarde les habla. Les proclamo que sí, soy chicharrero de nacimiento, no sé tanto si de convicción. Y les proclamo que, a pesar de esa incertidumbre en la motivación nacional insularista, sí que considero que hay momentos en la vida cuando una persona debe mostrar la pasta de que está hecha, debe dejar a un lado las timideces y los temores para gritar a los cuatro vientos ante la injusticia y la opresión.
Porque mañana sábado será una de esas jornadas gloriosas en la historia de esta bendita tierra guanche, en la crónica canaria, tinerfeña y sobre todo santacrucera. En moldes se grabará este día, junto con aquella derrota gloriosa al pérfido Nelson, hace siglos ya. Porque una vez más el pueblo chicharrero saldrá a la calle en demanda de lo que es suyo. Ya lo hicimos otras veces, conocemos el mecanismo. Conocemos que no se puede tocar a ninguno de nuestros símbolos porque reaccionamos todos a una. Encabezados por nuestros políticos, y quizá por un tranvía, recorreremos las calles de Santa Cruz en la exigencia de un futuro mejor, con la vista puesta en un mañana que, de alcanzar el logro que nos proponemos, se abrirá luminoso y esperanzador para hacer de esta ciudad, pero sobre todo de esta tierra, un lugar mejor y más grande, un lugar que no puede dejarse maltratar ni humillar.
Por eso todos saldremos en la calle gritando con una sola voz, demostrando que con las cosas de Tenerife no se juega, que solo por el peso de nuestro grito y de nuestro enfado somos capaces de lograr todo lo que nos propongamos. Hoy es el día de pedir esa cosa para el puerto, eso… ¿cómo se llama? El escáner ese. ¿Qué, que para qué sirve el escáner? Pues ni idea, pero queremos el escáner y lo queremos ya.
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