lunes, 7 de junio de 2010

Oltra no cree en el fútbol

Cuánta paciencia, martes 11 de mayo de 2010

La religiosidad, ese recurso. José Luis Oltra, entrenador del Club Deportivo Tenerife, pide a la afición que se rece durante la semana, para ver si ese treinta y pocos por ciento de posibilidades de mantenerse en primera se hace real el fin de semana. La primera división, ese recurso. Como tinerfeño de pro, debería exigir que el Tenerife se mantenga como sea, pero como persona aficionada al fútbol, mantengo mis dudas sobre si el Tenerife es un club de Primera o qué es. La sensación aumenta porque los grandes del fútbol español quieren una liga más pequeña, con menos equipos pero más potente. La duda es si ahí entra un equipo canario o no, o si tiene sentido que el esfuerzo se reparta por dos equipos canarios. O sea, la versión deportiva de la doble capitalidad. La tontería mayúscula del pleito insular motiva que todo lo tengamos por duplicado, que nuestras cajas de ahorro sean incapaces de fusionarse y que en lugar de contar con un equipo futbolístico de mérito, tengamos dos mediocres.

Volvamos a la religiosidad. Tenemos a medio mundo patas arriba por culpa de la erupción de un volcán islandés. Nos creíamos que todo funcionaba bien, hasta que llegó la madre naturaleza a fastidiarlo. Nuestro precario orden se ve desordenado por la ceniza volcánica, así que aflora la religiosidad. Algo absurdo. La culpa de las cancelaciones de vuelo la tiene el motor a reacción y las cenizas del volcán, no ninguna divinidad. De todas maneras, mientras que los vuelos se suspenden por doquier y la gente recupera la costumbre de viajar en tren, el que lo tenga, en guagua y en barco, los aficionados al Atlético de Madrid se ven con un problema para acudir a su ansiada final de la Europa League, que se disputa en Hamburgo. “Solo queda rezar”, comentan los hinchas. Dicen algunos ateos que les envidan a los creyentes su capacidad para creer en algo. Pero la sensación que queda es que en lugar de buscar respuestas y soluciones, a veces preferimos encontrar excusas.

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