lunes, 11 de enero de 2010

Don Pedro

Cuánta paciencia, lunes 21 de diciembre de 2009

Que si Messi y sus muchos premios, que el argentino parece el Obama del fútbol, que si entrevistas a Xavi e Iniesta al alimón, que si esto que si lo otro, pero los únicos que hacen caso a don Pedro Rodríguez Ledesma son los medios canarios. No hizo nada el pibe, solo el gol que le dio la supercopa europea al Barça y otro gol que le permitió jugar la prórroga para disputar el mundial de clubes. Como bien recordó el periodista Juan Cruz en una columna, cuando el gol contra el Shaktar Donets en la supercopa europea el realizador se confundió y siguió con la cámara a Messi, mientras que el grafismo decía que el gol era del argentino. Y después del mundial de clubes, donde don Pedro Rodríguez hizo el récord de meter al menos un gol en nada menos que seis competiciones deportivas en un año, los titulares son para los de siempre, que también juegan fantástico, pero no batieron el récord.

Gracias a la contraportada de ‘Diario de Avisos’ de hoy nos enteramos que el padre de Pedro, el señor don Juan Antonio Rodríguez, trabaja en un surtidor de gasolina en Adeje. O sea, que el señor sigue allí trabajando. Eso explica muchísimas cosas, también lo explica la modestia con que habla el caballero. Dice que a ver si tiene suerte y para el partido Tenerife Barcelona del próximo 10 de enero, su hijo le puede conseguir unas entradas. Así, a ver si hay manera, hombre. El señor no se lo cree en absoluto, sus compañeros de surtidor le intentan cambiar los turnos para que pueda ver los partidos de su hijo. En estos tiempos de vanidades exageradas, reconforta encontrarse con el ejemplo de Pedro Rodríguez, de su familia y también de su club, que se afana para que nadie despegue los pies del suelo.

Y miren a Pedro, un pibe que se pasa de modesto, que es consciente de la grandiosa oportunidad que le está brindado la vida, pero que necesita a gritos un buen publicista, o quizá no. Pedro no hace el tonto con sus peinados, ni va de mediático por la vida. El problema de Pedro es que no entra en ese juego. Dicen que es una tontería enorgullecerse de alguien porque resulta que nació en el mismo sitio que tú. Pero aquí no estamos hablando de cunas, sino de actitudes, y es cierto que hay gente a la que merece la pena admirar, y no porque juegue bien al fútbol, sino por mucho más que eso.

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