lunes, 18 de enero de 2010

Ese Silvestre

Cuánta paciencia, jueves 14 de enero de 2010.

La policía local de Las Palmas de Gran Canaria tiene trabajo para los próximos Carnavales. Les ha dado por multar a la gente que se disfraza y entretiene a los niños por la playa de las Canteras. Es el caso de Antonio Miguel López, un ciudadano, padre de familia, con tres hijos nada menos, que tras una visita a uno de los parques de Disney tuvo la idea de repartir caramelos a los niños disfrazado del Gato Silvestre y de Winnie The Pooh. Por cierto, el disfraz del osito lo tiene en reparación porque en la pasada cabalgata de Reyes le destrozaron, con perdón, la cola. Porque esa es otra, lo multan si va por libre, pero metido en la Cabalgata como que bien, sobre todo porque el señor lo hace gratis y no está el presupuesto para renunciar a nada.

Algunas personas ven sospechosa e incluso un poco friki la dedicación de este buen hombre. El caballero lo justifica de manera sencilla, solo con ver las caras de los niños, merece la pena, dice. Y es verdad. Los agentes de la policía local no tuvieron mejor ocurrencia que multarlo por realizar una actividad pública sin autorización en el paseo de Las Canteras de Las Palmas de Gran Canaria. También le acusaron de repartir caramelos sin permiso sanitario. Mira tú por donde, el tradicional rito de repartirle caramelos a tus compañeros de clase por tu cumple es ilegal. En algunas empresas, como en este ente público, tenemos por costumbre traer unos dulcitos, unas croquetitas o una tarta para los coleguis de curro cuando hay cumpleaños. En cualquier momento hacen una redada y nos cierran el tinglado.

Más allá de la monumental broma del Silvestre multado en Las Palmas de Gran Canaria, cuidado con esta noticia. Manifiesta que seguimos con el impulso de la ultraseguridad y de la desconfianza contra todo aquel que se salga de la norma, aunque sea disfrazado el gato Silvestre. Manifiesta que una pareja de agentes con ganas de enredar es uno de los más grandes peligros de esta democracia. En buena lógica, la policía local de la capital grancanaria debería dar un aviso a estos agentes, si no lo hizo ya, porque no se puede perder el tiempo en meterle una multa a un señor que solo busca eso tan tópico de la sonrisa del niño. La noticia, en definitiva, demuestra que lo están consiguiendo, que como saques la patita del tiesto, por lo menos te cae una multa. Cada vez nos parecemos más a Dinamarca.

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