Cuánta paciencia, miércoles 8 de septiembre de 2010
Los aficionados a los videojuegos estamos esperando ya con ansia la edición de ‘Controlator aerial’, un divertido título donde se simula el trabajo de un controlador aéreo cualquiera. Es un juego extraño, porque solo te permite jugar algo así como ocho horas a la semana y luego tienes que descansar tres días, depende del convenio de los controladores en cada país. Como tantas ficciones, la pasta que ganes de controlador es ficticia, pero da gustito irla acumulando.
La parte más interesante del juego no es la de la pasta que se gana, ni los consejos de belleza del portavoz César Cabo, la demostración de que una cara bonita y una barba de pocos días pueden poner de parte de los controladores a media España. Lo divertido es hacer lo mismo que los controladores. Con esto les digo que si nos sacaran una simulación en ordenador del trabajo de un controlador, nos daríamos cuenta de que es un videojuego bastante sencillo. Nosotros los jugones, que hemos controlado miles de barcos y aviones en la campaña del Pacífico, o que somos capaces de dominar toda la galaxia controlando razas diferentes, sondas de exploración, convoyes de invasión y recursos de cada planeta, seguro que nos aburriríamos soberanamente con el tejemaneje electrónico de los controladores. El único problema es que todo es mentira, o sea, el dinero que ganas en los juegos por desgracia no lo ganas en la realidad, y los errores que cometes jugando de controlador aéreo se quedarían en eso, y ningún avión de realidad se caería al suelo.
Cualquier persona aficionada al videojuego que no tenga una enfermedad mental sabe hacer esa distinción entre la mentira del juego y la realidad de la vida. Pero resulta que hay muchas personas que no, que se empeñan en hacernos ver que esto del tráfico aéreo es un cachondeo. Empezaron quitando controladores de aeropuertos con poco tráfico, como La Gomera y El Hierro, y ahora dicen en Ryanair que van a prescindir de los copilotos de los aviones porque, total, en realidad quien los maneja son los ordenadores, los pilotos están ahí para que todos nos sintamos seguros. Pensábamos que esa manía que tenían ahora las compañías aéreas de maltratarnos era sádica, pero no, resulta que es lúdica, solo falta que ahora nosotros, los pasajeros, entendamos de qué va el jueguito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario