Cuanta paciencia del miércoles, 23 de septiembre de 2009
¿A dónde vamos a llegar si ni siquiera todo un presidente de gobierno puede enchufar a un familiar? Si algo deja claro el tema de las escuchas del caso Arona es que nuestros políticos pierden mucho el tiempo llamándose, y que una generación de políticos veteranos debería descubrir ya el FaceBook, porque hay una generación de políticos jóvenes que ya la tiene descubierta y no veas cómo le da caña al tema. De todas maneras, y saliéndonos por las ramas, o abriendo un ‘off topic’, que vivan los políticos que usan el Face para mandar vídeos chorras y que nos dejen en paz quienes lo emplean para promocionarse.
Volviendo a las escuchas, cierto que las llamadas son casi todas desafortunadas, como bien dijo el presidente, pero les voy a plantear un trato: todos nosotros dejamos de llamar a amigos y familiares con posición y posibles para pedirles favores, y esos amigos y familiares con posición y posibles dejan a su vez de llamar para hacer como que hacen algo, pero con el sano deseo de que les digan que no para dejar el asunto zanjado.
Causa bastante risa ver a periodistas y opinadotes adictos a la llamadita, al favor por lo bajo y al “tú ya me entiendes” instaurados ahora en la flagelación y en la ética, pelética, pelémpempética. Porque está clarísmo, vaya usted a un parque infantil y observe cómo el ser humano, desde fisquito, es agarrado, posesivo y egoísta por naturaleza. Y así seguiremos. Lo próximo sería pincharnos el teléfono a todos a ver si alguno escapa, y no le demos ideas a la SGAE. Mientras tanto, habrá que arreglar esto, porque los enchufes ya ni son lo que eran.
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