martes, 6 de octubre de 2009

Piche, we can not

Cuánta paciencia, lunes 5 de octubre de 2009

En Estados Unidos pasa lo que se esperaba: el nivel de escandalera de la extrema derecha hace temer incluso por la seguridad de Barak Obama, presidente del país. Alguien lo dijo hace tiempo, muchos estadounidenses no pueden tolerar que un negro sea el presidente de su país. Ahora están diciendo muchas mentiras en diferentes medios. Es lo que tiene el tiempo presente, antes la mentira se acotaba a las barras de los bares, las conversaciones de velador y a los grandes medios de comunicación, ahora cualquier puede propagar su bola según le parezca gracias a internerrrrr.

Es el momento de temer por la integridad física de uno de los altos mandatarios del Gobierno de Canarias, el máximo responsable de Obras Públicas. ¿Saben cómo se llama? Es una pregunta puñetera, es Juan Ramón Hernández. El caballero acaba de decir nada menos que en Canarias no se va a construir una carretera más. Una vez que se cumpla con el convenio de carreteras, no se abrirá un corredor más. Este hombre no sabe lo que dice y acaba de enfrentarse de manera directa con el gran poder de las Islas, que no es otro que el empresariado del cemento. Los empresarios estarían moscas de no ser que ya están más pendientes de a ver qué pueden levantar en la costa de Marruecos y en Cabo Verde.

El consejero también dijo otras vaguedades, como que habría que sancionar a aquellos que usan el vehículo en solitario porque en Canarias ya no caben más coches. El tema está por concretar porque, ¿cuentan en esa medida sin medida los propietarios de coches tipo Smart? Ni idea, es como tantas cosas que dicen los políticos, que hablan de diversificar la económica y no diversifican nada, que dicen que apuestan por la ciencia y el conocimiento mientras recortan los presupuestos en ciencia. Y lo peor de todo es que esos políticos, esos malos políticos, no se sienten en absoluto inseguros porque saben que, de alguna manera, estarán siempre dándonos la tabarra, forman parte de nuestras vidas, un horror.

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