Cuánta paciencia, lunes 23 de noviembre de 2009
Para estar en crisis, hay unas ganas de navidades, o sea, de la época de gastadera de perras por antonomasia, de aupa. A veces uno mira en el calendario para comprobar si estamos realmente en noviembre. Pero estos oídos escucharon una campaña navideña a finales de octubre. De todas maneras, esto es como todo, cada año nos parece que las ganas de navidad se adelantan un tiempo, pero es que siempre nos llama la atención lo rápido que el año acaba y que llega la navidad. La navidad nunca llega antes, pero siempre nos parece que llega antes.
Esta navidad hay un elemento añadido y es la puñetera crisis. Serán las navidades en las que tendremos que recuperar la grandiosa película ‘Plácido’ de Berlanga, por aquello de que casi nos obligarán a sentar un pobre a nuestra mesa. ¿Que no? Miren a su alrededor la cantidad de iniciativas y regalos montados para personas en paro. Un periódico, por ejemplo, regala una cesta de navidad en connivencia con una gran superficie, pero solo si usted es canario, está en el paro y lleva en esa situación más de tres meses. Y así unas cuantas cosas más. En vista de tanto descuento y beneficio para parados, no les diré yo que dieran ganas de quedarse sin trabajo, pero sí que los parados espabilados, aquellos que cobran la paga pero hacen cáncamos en negro, si encima tienen tiempo de beneficiarse de tanta oferta para desempleados, deben ser las personas que mejor estén disfrutando de esta crisis.
Porque en esta crisis se está demostrando algo que ya sabíamos y que les repito aquí siempre que puedo: que la culpa la tiene otro y que estamos a punto de convertir a los parados, como a los tripulantes del ‘Alakrana’, en una especie de héroes, cuando en cualquier de estos dos colectivos habrá el mismo porcentaje de malas personas que en el resto.
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