Cuánta paciencia, miércoles 28 de abril de 2010
El problema de la energía magnética es que no se ve, tampoco se siente. Eso de los campos de energía, las ondas, como no lo ves ni lo sientes, pues tampoco puedes discutir si existen o no. Te dicen que el móvil, la tele y la radio a pilas funcionan gracias a esas ondas electro (ojo) magnéticas y tú te lo tienes que creer. Ahora sabemos qué es el sol y por qué sale todas las mañanas. Pero hace milenios, ante la duda, nuestros antepasados se inventaron esa cosa llamada dios. Dios es una respuesta rápida. Tengo una hija de cinco años que el otro día se disparó con la gran pregunta: “Papi, si el hombre viene de otro hombre, entonces ¿quién fue el primer hombre?”. Toma ya. Le tocó a la madre la pregunteja, menos mal, y tuvo que retrotraerse hasta las amebas. Si eres creyente, dices que el hombre es una creación de Dios y ya está.
Tres cuartos de lo mismo con las ondas electromagnéticas y el magnetismo en general. Como no se palpan y ven, son como el nuevo dios. Te dicen que tienes el cuerpo con el magnetismo desequilibrado y que una pulsera te lo reequilibra gracias a un holograma que encierra una frecuencia. Un holograma que encierra una frecuencia, lo bastante técnico como para ser verdad, o como para ser mentira. Total, que por treintaypico euros usted puede tener ese holograma con frecuencia. Dicen que fabricar la pulsera que lo alberga apenas cuesta un euro, menudo beneficio.
Ahora varias instituciones y organismos empiezan a advertir contra la pulsera de marras, solución que empeora el asunto. Junto a la charlatanería y la inverosimilitud científica, tenemos la tentación de lo prohibido. Las pulseras ya eran un éxito porque un montón de personas con dinero de sobra y con educación científica de falta necesita de cualquier chorrada para que su vida tenga un mejor equilibrio. El otro grupo era inamovible, el que ante las nuevas pulseras se acordaba de miles de remedios similares que entran y salen del momento histórico, como la famosa agua imantada o aquellas pulseras con dos bolas feas como ellas solas. Mientras tanto, mantenemos intacta nuestra capacidad para que nos cuelen cualquier moto.
jueves, 29 de abril de 2010
miércoles, 28 de abril de 2010
La importancia de lo importante
Cuánta paciencia, martes 27 de abril de 2010
¿Cuál es el valor de la democracia, de vivir en un país que se dice libre y respetuoso con las minorías y con las diferencias? El valor principal de semejante sistema está en dejar claras las cosas realmente importantes. Por ejemplo, en el fantástico debate organizado sobre la joven que quiere ir a clase con un velo. Una ocasión fantástica para sacar de paseo al racista y al intransigente que llevamos dentro, también a la falsa concepción de que laicismo es imposición, cuando laicismo debe ser siempre respeto.
No conviene perder la claridad sobre esto: el verdadero debate es si tiene lógica que por una inepta norma local de un instituto, no se deje a una joven ir con un elemento que ella considera como identificativo de su cultura, su religión o su forma de ser. Parece que es más importante mantener una mentirosa pero inocua versión del laicismo, cuando en realidad lo que se oculta es un racismo sin medida. No, lo realmente importante es preservar la libertad del individuo y su capacidad para hacer lo que estime conveniente. Las prohibiciones deben ser las justas, las que demande la realidad social. No entiendo qué fin puede tener prohibir que una niña lleve velo, pañuelo, gorra, falda a cuadros, tatuajes, piercings o lo que le apetezca al aula de un colegio público, sea símbolo religioso, elemento de una tribu urbana o una simple demostración de la sana intención adolescente de provocar.
Los que hablan de respeto de ciertas costumbres, deberían mirar las fotos de sus bisabuelas, de riguroso negro y cubiertas con pañuelos, y luego darse un paseo por las estanterías de los supermercados para encontrarse con cuscús, leche de coco y yuca. Las costumbres no son una irrealidad inamovible, un “nosotros somos así y si no te gusta, te cambias de país”, las costumbres son una imagen que muta gracias a las personas, pero en esencia las costumbre deben llegar hasta la libertad de la persona, hacia el respeto a todos y hacia una sociedad que se preocupe más con lo que pierde que con lo que gana en según qué debates.
¿Cuál es el valor de la democracia, de vivir en un país que se dice libre y respetuoso con las minorías y con las diferencias? El valor principal de semejante sistema está en dejar claras las cosas realmente importantes. Por ejemplo, en el fantástico debate organizado sobre la joven que quiere ir a clase con un velo. Una ocasión fantástica para sacar de paseo al racista y al intransigente que llevamos dentro, también a la falsa concepción de que laicismo es imposición, cuando laicismo debe ser siempre respeto.
No conviene perder la claridad sobre esto: el verdadero debate es si tiene lógica que por una inepta norma local de un instituto, no se deje a una joven ir con un elemento que ella considera como identificativo de su cultura, su religión o su forma de ser. Parece que es más importante mantener una mentirosa pero inocua versión del laicismo, cuando en realidad lo que se oculta es un racismo sin medida. No, lo realmente importante es preservar la libertad del individuo y su capacidad para hacer lo que estime conveniente. Las prohibiciones deben ser las justas, las que demande la realidad social. No entiendo qué fin puede tener prohibir que una niña lleve velo, pañuelo, gorra, falda a cuadros, tatuajes, piercings o lo que le apetezca al aula de un colegio público, sea símbolo religioso, elemento de una tribu urbana o una simple demostración de la sana intención adolescente de provocar.
Los que hablan de respeto de ciertas costumbres, deberían mirar las fotos de sus bisabuelas, de riguroso negro y cubiertas con pañuelos, y luego darse un paseo por las estanterías de los supermercados para encontrarse con cuscús, leche de coco y yuca. Las costumbres no son una irrealidad inamovible, un “nosotros somos así y si no te gusta, te cambias de país”, las costumbres son una imagen que muta gracias a las personas, pero en esencia las costumbre deben llegar hasta la libertad de la persona, hacia el respeto a todos y hacia una sociedad que se preocupe más con lo que pierde que con lo que gana en según qué debates.
martes, 27 de abril de 2010
Ese saludo nazi
Cuánta paciencia, lunes 26 de abril de 2010
Samaranch, menuda figura. Su muerte lleva a un debate curioso. Y no me refiero a su pasado fascista y a su crecimiento en los ámbitos del franquismo, porque eso es historia. Sino a otra cosa. Dicen que entre los logros del fallecido está el poner al deporte español en el mapa. En todas las cenas de este fin de semana se repitió la misma letanía, que si el COI, que si las olimpiadas de Barcelona, que si el deporte español en el mapa. En todas esas conversaciones, alguno con ganas de tocar las narices respondió al tema ese del deporte español universal con un, “bueno, ¿y qué?”. Difícil respuesta para una pregunta tan puñetera.
Pero no estaría de más el preguntarse si todo ese dinero y esfuerzo que se gastan en deporte, en promocionar el deporte, en subvencionar al deporte de alta competición, si todo eso fuera para otras cosas, qué sería de este país tan maltratado. Y hay algo más especial, ¿qué haríamos con todo el tiempo ahorrado en seguir la competición deportiva de turno? No, no nos hagan pensar demasiado. El problema del deporte en sí no es que exista, sino que poco a poco va canibalizando otros ámbitos de la vida digamos que normal. ¿No les da a ustedes la sensación de que el nivel del debate político se asemeja más a la línea editorial del ‘Marca’ de turno, y que las previsibles posiciones de la prensa generalista según su orientación y filiación económica son tan aburridas como las portadas de los rotativos deportivos de Madrid y Barcelona?
En lugar de dejar al deporte como algo anecdótico en cualquier sociedad que se tenga por avanzada, porque el deporte es una chorrada mayúscula, ocurre todo lo contrario, que todo se hace deportivo pero en el peor sentido del término. Todo es ganar o perder, rivalidad a ultranza y debates interminables sobre temas absolutamente idiotas, como ese de la niña que quiere llevar velo a la escuela. Se empieza quitando velos y pasado mañana se pide que no se pinten los labios de negro. Que cada cual haga lo que le venga en gana con su cuerpo, siempre y cuando respete los límites del cuerpo de los demás. Y sobre el deporte, este fin de semana se podía leer una entrevista magnífica con Humberto Eco. El italiano decía: “Odio el deporte, los deportistas se deberían matar entre ellos”. Él lo dice mejor, y sobre todo, él es Humberto Eco.
Samaranch, menuda figura. Su muerte lleva a un debate curioso. Y no me refiero a su pasado fascista y a su crecimiento en los ámbitos del franquismo, porque eso es historia. Sino a otra cosa. Dicen que entre los logros del fallecido está el poner al deporte español en el mapa. En todas las cenas de este fin de semana se repitió la misma letanía, que si el COI, que si las olimpiadas de Barcelona, que si el deporte español en el mapa. En todas esas conversaciones, alguno con ganas de tocar las narices respondió al tema ese del deporte español universal con un, “bueno, ¿y qué?”. Difícil respuesta para una pregunta tan puñetera.
Pero no estaría de más el preguntarse si todo ese dinero y esfuerzo que se gastan en deporte, en promocionar el deporte, en subvencionar al deporte de alta competición, si todo eso fuera para otras cosas, qué sería de este país tan maltratado. Y hay algo más especial, ¿qué haríamos con todo el tiempo ahorrado en seguir la competición deportiva de turno? No, no nos hagan pensar demasiado. El problema del deporte en sí no es que exista, sino que poco a poco va canibalizando otros ámbitos de la vida digamos que normal. ¿No les da a ustedes la sensación de que el nivel del debate político se asemeja más a la línea editorial del ‘Marca’ de turno, y que las previsibles posiciones de la prensa generalista según su orientación y filiación económica son tan aburridas como las portadas de los rotativos deportivos de Madrid y Barcelona?
En lugar de dejar al deporte como algo anecdótico en cualquier sociedad que se tenga por avanzada, porque el deporte es una chorrada mayúscula, ocurre todo lo contrario, que todo se hace deportivo pero en el peor sentido del término. Todo es ganar o perder, rivalidad a ultranza y debates interminables sobre temas absolutamente idiotas, como ese de la niña que quiere llevar velo a la escuela. Se empieza quitando velos y pasado mañana se pide que no se pinten los labios de negro. Que cada cual haga lo que le venga en gana con su cuerpo, siempre y cuando respete los límites del cuerpo de los demás. Y sobre el deporte, este fin de semana se podía leer una entrevista magnífica con Humberto Eco. El italiano decía: “Odio el deporte, los deportistas se deberían matar entre ellos”. Él lo dice mejor, y sobre todo, él es Humberto Eco.
lunes, 26 de abril de 2010
Es que la gente no me lee
Cuánta paciencia, viernes 22 de abril de 2010
Oh, el día del libro, ese artefacto con el que no nos aclaramos. Yo eso de las campañas de lectura nunca lo entendí, sobre todo teniendo en cuenta que vivimos en la sociedad más lectora de la historia. La gente lee muchísimo. ¿Cómo se comunica la gente en las redes sociales? Escribiendo y leyendo. Encima, las encuestas revelan que los jóvenes de ahora son los que más leen de la historia. Leen historias de vampiros y de magos, y de ahí pasarán a leer otra cosa porque leer es divertido, que no nos vengan con historias.
Somos la sociedad que recuperó la escritura por culpa del Facebook, y precisamente a causa de los chats y los correos electrónicos, nos damos cuenta de que la mayor parte de la gente escribe fatal, no sabe puntuar, destroza la ortografía y la gramática, sin mayor excusa, porque no sé a ustedes, pero a este que les habla le es más fácil escribir bien, con sus tildes y signos de puntuación, que mal, con palabras recortadas por culpa del SMS y con un montón de signos incomprensibles.
La lectura vive un gran momento, pero la industria del libro está como esperando a ver qué ocurre con el asunto de la gran digitalización. Todavía no está muy extendido el uso de los libros digitales, pero en cuanto se conviertan en costumbre, a la industria editora le pasará lo mismo que a la discográfica: intentarán vendernos en digital lo mismo que en convencional, cuanod descubran el fracaso, porque la gente optará por lo gratuito, intentarán penalizar a las personas que difundan archivos digitales, y así como hasta ahora. Entonces llegarán los mensajes de que la literatura va a morir. De risa total. La música está ahora mejor que nunca, con pocos intermediarios, y a la literatura no la hará desparecer ningún chisme digital, sino todo lo contrario, que la reducción de la industria le vendrá de perlas.
Oh, el día del libro, ese artefacto con el que no nos aclaramos. Yo eso de las campañas de lectura nunca lo entendí, sobre todo teniendo en cuenta que vivimos en la sociedad más lectora de la historia. La gente lee muchísimo. ¿Cómo se comunica la gente en las redes sociales? Escribiendo y leyendo. Encima, las encuestas revelan que los jóvenes de ahora son los que más leen de la historia. Leen historias de vampiros y de magos, y de ahí pasarán a leer otra cosa porque leer es divertido, que no nos vengan con historias.
Somos la sociedad que recuperó la escritura por culpa del Facebook, y precisamente a causa de los chats y los correos electrónicos, nos damos cuenta de que la mayor parte de la gente escribe fatal, no sabe puntuar, destroza la ortografía y la gramática, sin mayor excusa, porque no sé a ustedes, pero a este que les habla le es más fácil escribir bien, con sus tildes y signos de puntuación, que mal, con palabras recortadas por culpa del SMS y con un montón de signos incomprensibles.
La lectura vive un gran momento, pero la industria del libro está como esperando a ver qué ocurre con el asunto de la gran digitalización. Todavía no está muy extendido el uso de los libros digitales, pero en cuanto se conviertan en costumbre, a la industria editora le pasará lo mismo que a la discográfica: intentarán vendernos en digital lo mismo que en convencional, cuanod descubran el fracaso, porque la gente optará por lo gratuito, intentarán penalizar a las personas que difundan archivos digitales, y así como hasta ahora. Entonces llegarán los mensajes de que la literatura va a morir. De risa total. La música está ahora mejor que nunca, con pocos intermediarios, y a la literatura no la hará desparecer ningún chisme digital, sino todo lo contrario, que la reducción de la industria le vendrá de perlas.
Los peligros del Evo asado
Cuánta paciencia, jueves 22 de abril de 2010
Evo Morales, todo el presidente de un país. Democráticamente elegido, como Berlusconi. Que alguien explique la manera en que se las arreglan para engañarnos. Pero lo mejor es leer las palabras de Evo Morales, esas que le echan la culpa a la calvicie y la homosexualidad de Europa al consumo de productos trasgénicos, mientras se escucha ese megajitazo que es ‘En tus tierras bailaré’, con la conjunción del terror vallenato: Delfín hasta el Fin, la Tigresa de Oriente y la niña Wendy Sulca. Digamos que es una cumbia escrita e interpretada por estos tres faros de la música latinoamericana dedicada, nada menos, que a Israel. El estribillo dice: “Israel, Israel, qué bonito es Israel”. Para que nos entendamos, y hasta que encuentren el vídeo en el YouTube, es como estos clips caspa canarios que nos asolaron hace un tiempo, que si orquestas canarias, que si mariachis a tutiplén, pero en peor.
Entonces podremos analizar todo de manera conveniente. Tiene razón Evo Morales, hay causas en el ambiente que influyen en según qué cosas. No sé si la gente se queda calva por mandarle al millo transgénico o si la gente se puede hacer o no gay así de repente, igual que esas personas que empiezan en un partido político y de repente terminan en otro que no tiene nada que ver. O esas personas que parecen correctas pero luego tienen cuenta en paraíso fiscal llena de dinero público. O esas personas que parecen listas hasta que deben aplicar su listeza y resulta que son tontas.
Pero hay causas medioambientales para que existan cosas como Evo Morales y sus fantásticas declaraciones. Todo conduce a lo mismo, a la tecno cumbia, el rollo Evo Morales y Delfín sin Fin, que se llama así de verdad. Pero hay una cuestión irrevocable, el tema de los mandatos políticos. Si usted lo hace algo mal en su trabajo, lo echan (a no ser que tenga buenos padrinos o sea el hijo del jefe); si lo hace mal en su relación, lo dejan; si es mala persona, no lo querrán; pero si es mal cargo público, como no suceda un cataclismo, lo tendremos que aguantar durante casi cuatro años. Normalmente, los cargos desconocidos en año y medio de mandato empiezan a dejar muestras de su incapacidad. A otros les lleva algo más de tiempo, normalmente encontrarse en una situación complicada para enseñar que no dan más de sí, pero no deja de ser injusto que los tengamos que aguantar durante tantísimo tiempo. Lo bueno de líderes como Evo es que los aguantamos en la distancia. A los de más cerca sí que tenemos que soportarlos.
Evo Morales, todo el presidente de un país. Democráticamente elegido, como Berlusconi. Que alguien explique la manera en que se las arreglan para engañarnos. Pero lo mejor es leer las palabras de Evo Morales, esas que le echan la culpa a la calvicie y la homosexualidad de Europa al consumo de productos trasgénicos, mientras se escucha ese megajitazo que es ‘En tus tierras bailaré’, con la conjunción del terror vallenato: Delfín hasta el Fin, la Tigresa de Oriente y la niña Wendy Sulca. Digamos que es una cumbia escrita e interpretada por estos tres faros de la música latinoamericana dedicada, nada menos, que a Israel. El estribillo dice: “Israel, Israel, qué bonito es Israel”. Para que nos entendamos, y hasta que encuentren el vídeo en el YouTube, es como estos clips caspa canarios que nos asolaron hace un tiempo, que si orquestas canarias, que si mariachis a tutiplén, pero en peor.
Entonces podremos analizar todo de manera conveniente. Tiene razón Evo Morales, hay causas en el ambiente que influyen en según qué cosas. No sé si la gente se queda calva por mandarle al millo transgénico o si la gente se puede hacer o no gay así de repente, igual que esas personas que empiezan en un partido político y de repente terminan en otro que no tiene nada que ver. O esas personas que parecen correctas pero luego tienen cuenta en paraíso fiscal llena de dinero público. O esas personas que parecen listas hasta que deben aplicar su listeza y resulta que son tontas.
Pero hay causas medioambientales para que existan cosas como Evo Morales y sus fantásticas declaraciones. Todo conduce a lo mismo, a la tecno cumbia, el rollo Evo Morales y Delfín sin Fin, que se llama así de verdad. Pero hay una cuestión irrevocable, el tema de los mandatos políticos. Si usted lo hace algo mal en su trabajo, lo echan (a no ser que tenga buenos padrinos o sea el hijo del jefe); si lo hace mal en su relación, lo dejan; si es mala persona, no lo querrán; pero si es mal cargo público, como no suceda un cataclismo, lo tendremos que aguantar durante casi cuatro años. Normalmente, los cargos desconocidos en año y medio de mandato empiezan a dejar muestras de su incapacidad. A otros les lleva algo más de tiempo, normalmente encontrarse en una situación complicada para enseñar que no dan más de sí, pero no deja de ser injusto que los tengamos que aguantar durante tantísimo tiempo. Lo bueno de líderes como Evo es que los aguantamos en la distancia. A los de más cerca sí que tenemos que soportarlos.
Acuérdense de Pancho
Cuánta paciencia, martes, 20 de abril de 2010
Hay algo maquiavélico en la erupción del volcán Eyjafjalla, que se escribe así pero más o menos, y es que nos recuerda que nosotros en la vida podremos planificar mucho, hasta que estalle el volcán. La lectura siguiente es qué habría pasado si el volcán lanza sus nubes de ceniza en España. Yo se los cuento, primero que Zapatero tendría la culpa de la falta de previsión de no controlar a un volcán en territorio nacional. Segundo, que el usuario de turno del rollo de turno buscaría la manera de echarle la culpa a algún ministro de no poder salir de su casa por culpa de la marea de lava. La gente exigiría responsabilidades por que su coche quedara sepultado por la ceniza y porque el perro ahora es una estatua de piroclastos. Tercero, como el volcán caiga en alguna frontera autonómica, la liamos con el tema de las competencias, no les cuento ya si, como hace tiempo promulgó esta columna radiofónica, el volcán sale entre Tenerife y Gran Canaria, una de dos, o nos arregla todos los problemas, o los complica aún más.
Alguien por ahí mentó a la bicha de la actividad volcánica en Canarias. Nada nuevo bajo la nube de ceniza. En las islas tenemos tres zonas claras con actividad volcánica: Teneguía, El Teide y Timanfaya, todas empiezan con t de tembleque. Estas zonas se pueden reactivar un día de estos, porque están dormiditas. Recuerden el follón hace unos años porque se empezó a notar un magma rumboso dentro del sistema Teide. Este comentarista tuvo la genial idea de bautizar al volcán que no lo fue como Pancho, sobre todo porque para hacer honor a su nombre, el caballero no se decidía.
Así que no hace falta recordar nada, pero debemos estar pendientes a todo, como que la naturaleza todavía nos la puede liar parda, parda ceniza, y que un simple volcán en Islandia nos manda toda la previsión a tomar por saco, con perdón.
Hay algo maquiavélico en la erupción del volcán Eyjafjalla, que se escribe así pero más o menos, y es que nos recuerda que nosotros en la vida podremos planificar mucho, hasta que estalle el volcán. La lectura siguiente es qué habría pasado si el volcán lanza sus nubes de ceniza en España. Yo se los cuento, primero que Zapatero tendría la culpa de la falta de previsión de no controlar a un volcán en territorio nacional. Segundo, que el usuario de turno del rollo de turno buscaría la manera de echarle la culpa a algún ministro de no poder salir de su casa por culpa de la marea de lava. La gente exigiría responsabilidades por que su coche quedara sepultado por la ceniza y porque el perro ahora es una estatua de piroclastos. Tercero, como el volcán caiga en alguna frontera autonómica, la liamos con el tema de las competencias, no les cuento ya si, como hace tiempo promulgó esta columna radiofónica, el volcán sale entre Tenerife y Gran Canaria, una de dos, o nos arregla todos los problemas, o los complica aún más.
Alguien por ahí mentó a la bicha de la actividad volcánica en Canarias. Nada nuevo bajo la nube de ceniza. En las islas tenemos tres zonas claras con actividad volcánica: Teneguía, El Teide y Timanfaya, todas empiezan con t de tembleque. Estas zonas se pueden reactivar un día de estos, porque están dormiditas. Recuerden el follón hace unos años porque se empezó a notar un magma rumboso dentro del sistema Teide. Este comentarista tuvo la genial idea de bautizar al volcán que no lo fue como Pancho, sobre todo porque para hacer honor a su nombre, el caballero no se decidía.
Así que no hace falta recordar nada, pero debemos estar pendientes a todo, como que la naturaleza todavía nos la puede liar parda, parda ceniza, y que un simple volcán en Islandia nos manda toda la previsión a tomar por saco, con perdón.
Busca en el Google
Cuánta paciencia, lunes 19 de abril de 2010
Hoy todo lo arregla Internet. Todo lo arreglable, quiero decir. Lo de Garzón es complicado y lo del volcán islandés, que se llama Eyjafjalla, por si no lo saben, es producto de la naturaleza. La gente está pagando un montón de dinero para acudir a reuniones superimportantes para ganar más dinero. La gente que no puede pagar esa pasta es simplemente la que viaja a casa. La verdadera dimensión de la crisis, dicen.
Como dice un amigo, si tienes algún problema con algo, un aparato electrónico, una configuración de Internet, un archivo que no puedes abrir, lo único que hay que hacer es escribir el problema tal cual en el buscador de turno. A lo mejor no te sale la respuesta exacta, pero sí algún sitio donde formular la pregunta. Internet está llena de gente amabilísima dispuesta a ayudarte, aunque parezca que no. Si sirve como modesto ejemplo, este que les martiriza cada tarde lleva unos cuantos problemas solucionados gracias a la red. En la red está todo, incluso los consejos esenciales para tener la casa limpita. Están todos en una web que se llama limpiomicasita.com con incluso una manera de organizar la limpieza del hogar. No explican cómo tener la casa limpia sin dar un palo al agua, pero para eso está el auge actual de las empleadas del hogar.
Luego está el caso contrario, que con Internet se terminaron las excusas, el yo esto no lo sé hacer y el esto no se me da muy bien. Es una lección para esos maridos y compañeros sentimentales que aún dicen que ayudan en casa, que echan una mano, y que hacen lo que pueden porque del resto no saben nada. Con buscar en Internet, lo tienen todo.
Hoy todo lo arregla Internet. Todo lo arreglable, quiero decir. Lo de Garzón es complicado y lo del volcán islandés, que se llama Eyjafjalla, por si no lo saben, es producto de la naturaleza. La gente está pagando un montón de dinero para acudir a reuniones superimportantes para ganar más dinero. La gente que no puede pagar esa pasta es simplemente la que viaja a casa. La verdadera dimensión de la crisis, dicen.
Como dice un amigo, si tienes algún problema con algo, un aparato electrónico, una configuración de Internet, un archivo que no puedes abrir, lo único que hay que hacer es escribir el problema tal cual en el buscador de turno. A lo mejor no te sale la respuesta exacta, pero sí algún sitio donde formular la pregunta. Internet está llena de gente amabilísima dispuesta a ayudarte, aunque parezca que no. Si sirve como modesto ejemplo, este que les martiriza cada tarde lleva unos cuantos problemas solucionados gracias a la red. En la red está todo, incluso los consejos esenciales para tener la casa limpita. Están todos en una web que se llama limpiomicasita.com con incluso una manera de organizar la limpieza del hogar. No explican cómo tener la casa limpia sin dar un palo al agua, pero para eso está el auge actual de las empleadas del hogar.
Luego está el caso contrario, que con Internet se terminaron las excusas, el yo esto no lo sé hacer y el esto no se me da muy bien. Es una lección para esos maridos y compañeros sentimentales que aún dicen que ayudan en casa, que echan una mano, y que hacen lo que pueden porque del resto no saben nada. Con buscar en Internet, lo tienen todo.
El pinchaje colectivo
Cuánta paciencia, jueves 15 de abril de 2010
Las personas que tienen miedo a la vigilancia de las leyes son justo aquellos que las inflingen. Hombre, puede que cualquier ciudadano se muestre en contra de ciertas leyes, como aquellas que penalizan la tenencia de determinadas sustancias como el hachís. Pero en un país democrático como el nuestro, la mayor parte de las leyes son justas y consecuentes con el mundo en el que vivimos.
Hacía años, cuando se debatía sobre la instalación de cámaras de seguridad en lugares públicos, se alzaron muchas voces a favor de la libertad y todo esto. Una persona algo consecuente dijo una gran verdad: “A mí no me preocupa que las cámaras me graben porque yo no voy por ahí infringiendo la ley”. Una gran verdad, solo el que tiene miedo de ser vigilado se preocupa porque lo vigilen.
Entonces, yo creo que sería una medida de lo más acertada consentir que todas las grabaciones de todos los políticos, los empresarios y hasta los famosos de turno, se graben. Es una obviedad decir que solo se emplearían las conversaciones interesantes, que los paliques de los políticos con sus ligues o de los correas y bigotes de turno con sus putas, quedarían en sus respectivo ámbitos privados, siempre que esas putas, con perdón, no se empleen para lograr contratos públicos y esas finuras.
Es por la tranquilidad de la ciudadanía, más que nada, porque cada vez que se leen por ahí algunas de esas conversaciones telefónica entre políticos, a uno le entra un poquito de desazón, y no es plan.
Las personas que tienen miedo a la vigilancia de las leyes son justo aquellos que las inflingen. Hombre, puede que cualquier ciudadano se muestre en contra de ciertas leyes, como aquellas que penalizan la tenencia de determinadas sustancias como el hachís. Pero en un país democrático como el nuestro, la mayor parte de las leyes son justas y consecuentes con el mundo en el que vivimos.
Hacía años, cuando se debatía sobre la instalación de cámaras de seguridad en lugares públicos, se alzaron muchas voces a favor de la libertad y todo esto. Una persona algo consecuente dijo una gran verdad: “A mí no me preocupa que las cámaras me graben porque yo no voy por ahí infringiendo la ley”. Una gran verdad, solo el que tiene miedo de ser vigilado se preocupa porque lo vigilen.
Entonces, yo creo que sería una medida de lo más acertada consentir que todas las grabaciones de todos los políticos, los empresarios y hasta los famosos de turno, se graben. Es una obviedad decir que solo se emplearían las conversaciones interesantes, que los paliques de los políticos con sus ligues o de los correas y bigotes de turno con sus putas, quedarían en sus respectivo ámbitos privados, siempre que esas putas, con perdón, no se empleen para lograr contratos públicos y esas finuras.
Es por la tranquilidad de la ciudadanía, más que nada, porque cada vez que se leen por ahí algunas de esas conversaciones telefónica entre políticos, a uno le entra un poquito de desazón, y no es plan.
El pianista de Chatroulette
Cuánta paciencia, miércoles 14 de abril de 2010
Hay un pianista en Chatroulette que cuando le sale una persona, improvisa una pieza con lo que ve por la webcam. Bueno, vamos a explicar esto. Chatroulette es una nueva herramienta de esto del Internet 2.0. Consiste en un chat con imagen donde, de forma aleatoria, conversas con personas que te salen al azar, de tú a tú, nada de grupos. Obviamente, casi todo el mundo la entiende como una herramienta para ligar a saco, pero hay gente que le busca dar una utilidad graciosa, a veces hasta creativa. Es el caso de Merton, el ya famoso pianista de Chatroulette, o sea, famoso para la gente que se mueve en estas cosas del interneteo. Así que tenemos otra de esas sensaciones de la temporada del Chatroulette, de Internet y de la vida en general, mientras que los grandes medios de comunicación no tienen ni puñetera idea de lo que ocurre en Internet, salvo excepciones, porque esta noticia la saco de un blog de la web de 20 Minutos.
Con eso del Internet, pasa una cosa curiosa, y es que los impactos van por oleadas. O sea, cuando algo es noticia digamos que en el mundo real, es noticia de sopetón; nadie se entera del 11-S dos semanas después, a no ser que viva aislado en una montaña. En Internet no, primero porque no todos los internautas están mirando lo mismo, y segundo porque los medios de comunicación convencionales van detrás de lo que ocurre en Internet, en lugar de ser la vanguardia.
Así, de vez en cuando te encuentras con casos curiosos, con temas que habías visto hace meses pululando por blogs, Facebook y demás cosas, y que cualquier amigo te lo envía como la gran novedad. O al contrario, lo más ridículo, cuando le enseñas algo a un amigo que te parece de lo más cool y el colega te dice que eso ya lleva varias semanas dando vueltas por ahí. Es lo que tiene Internet, que es casi posible averiguar hasta el origen del chiste. Y es lo otro que tiene Internet, que dentro de nada, ya está incluso pasando, dejaremos de ver la tele por totalmente aburrida.
Hay un pianista en Chatroulette que cuando le sale una persona, improvisa una pieza con lo que ve por la webcam. Bueno, vamos a explicar esto. Chatroulette es una nueva herramienta de esto del Internet 2.0. Consiste en un chat con imagen donde, de forma aleatoria, conversas con personas que te salen al azar, de tú a tú, nada de grupos. Obviamente, casi todo el mundo la entiende como una herramienta para ligar a saco, pero hay gente que le busca dar una utilidad graciosa, a veces hasta creativa. Es el caso de Merton, el ya famoso pianista de Chatroulette, o sea, famoso para la gente que se mueve en estas cosas del interneteo. Así que tenemos otra de esas sensaciones de la temporada del Chatroulette, de Internet y de la vida en general, mientras que los grandes medios de comunicación no tienen ni puñetera idea de lo que ocurre en Internet, salvo excepciones, porque esta noticia la saco de un blog de la web de 20 Minutos.
Con eso del Internet, pasa una cosa curiosa, y es que los impactos van por oleadas. O sea, cuando algo es noticia digamos que en el mundo real, es noticia de sopetón; nadie se entera del 11-S dos semanas después, a no ser que viva aislado en una montaña. En Internet no, primero porque no todos los internautas están mirando lo mismo, y segundo porque los medios de comunicación convencionales van detrás de lo que ocurre en Internet, en lugar de ser la vanguardia.
Así, de vez en cuando te encuentras con casos curiosos, con temas que habías visto hace meses pululando por blogs, Facebook y demás cosas, y que cualquier amigo te lo envía como la gran novedad. O al contrario, lo más ridículo, cuando le enseñas algo a un amigo que te parece de lo más cool y el colega te dice que eso ya lleva varias semanas dando vueltas por ahí. Es lo que tiene Internet, que es casi posible averiguar hasta el origen del chiste. Y es lo otro que tiene Internet, que dentro de nada, ya está incluso pasando, dejaremos de ver la tele por totalmente aburrida.
El supersticioso bien visto
Cuánta paciencia, martes 13 de abril de 2010
Oh, martes y 13 y las supersticiones. ¿Qué día será hoy en el calendario chino, o en el maya? Los hombres nos empeñamos en ponerle coto al tiempo, y encima nos creemos ese coto, así que cuando coincide, al menos en países latinos, un martes y 13, decimos que trae mala suerte. Luego otras culturas tienen sus días de mala suerte, y para mala suerte, la de Polonia.
Con esto de la gran dictadura futbolística, de vez en cuando nos enteramos de las supersticiones determinadas de tal o cual futbolista, que si no se lavan los calzoncillos si ganan, que si frotan las botas contra el dorsal en los partidos que caen en sábado, que si tal y que si cual. Las supersticiones se extienden al seguidor, aunque esté tan tranquilo en su casa viendo el partido por la tele. Así, de los 8,8 millones de personas que, según los medidores de audiencia, vieron el Madrid – Barça del pasado sábado desde la otrora pequeña pantalla, ahora gran tinglado de plasma, aproximadamente la mitad, o sea, 4,4 millones, está dominados por las manías más diversas. Por ejemplo, de que algún miembro de su familia es gafe y por tanto, no lo deja acercarse a la televisión. De que si ve el partido en una postura determinada, su equipo ganará, luego no gana pero acaba con una futbolística hernia. Que si se compra la misma marca de cervezas y la misma de cortezas de cochino, su equipo meterá tres goles. Lo único seguro es que se cogerá un pedete y que su colesterol se pondrá por las nubes.
Lo atractivo del fútbol es que se trata de una práctica imprevisible, por eso existen estas casas de apuestas por Internet y por eso a la gente le gusta tanto, porque el resto de la vida es bastante previsible, según parece. Y lo curioso del fútbol es que a los supersticiosos, en lugar de pasearlos embreados y con plumas en la plaza del pueblo, les reímos las gracias. Eso pasa, aunque les suene a simpleza, porque seguimos sin darnos cuenta del fantástico poder idiotizador del fútbol. ¿Que no? ¿A ustedes no les llama la atención que todos los antiguos locos del pueblo, ahora discapacitados municipales, sean fanáticos del fútbol? Pues eso.
Oh, martes y 13 y las supersticiones. ¿Qué día será hoy en el calendario chino, o en el maya? Los hombres nos empeñamos en ponerle coto al tiempo, y encima nos creemos ese coto, así que cuando coincide, al menos en países latinos, un martes y 13, decimos que trae mala suerte. Luego otras culturas tienen sus días de mala suerte, y para mala suerte, la de Polonia.
Con esto de la gran dictadura futbolística, de vez en cuando nos enteramos de las supersticiones determinadas de tal o cual futbolista, que si no se lavan los calzoncillos si ganan, que si frotan las botas contra el dorsal en los partidos que caen en sábado, que si tal y que si cual. Las supersticiones se extienden al seguidor, aunque esté tan tranquilo en su casa viendo el partido por la tele. Así, de los 8,8 millones de personas que, según los medidores de audiencia, vieron el Madrid – Barça del pasado sábado desde la otrora pequeña pantalla, ahora gran tinglado de plasma, aproximadamente la mitad, o sea, 4,4 millones, está dominados por las manías más diversas. Por ejemplo, de que algún miembro de su familia es gafe y por tanto, no lo deja acercarse a la televisión. De que si ve el partido en una postura determinada, su equipo ganará, luego no gana pero acaba con una futbolística hernia. Que si se compra la misma marca de cervezas y la misma de cortezas de cochino, su equipo meterá tres goles. Lo único seguro es que se cogerá un pedete y que su colesterol se pondrá por las nubes.
Lo atractivo del fútbol es que se trata de una práctica imprevisible, por eso existen estas casas de apuestas por Internet y por eso a la gente le gusta tanto, porque el resto de la vida es bastante previsible, según parece. Y lo curioso del fútbol es que a los supersticiosos, en lugar de pasearlos embreados y con plumas en la plaza del pueblo, les reímos las gracias. Eso pasa, aunque les suene a simpleza, porque seguimos sin darnos cuenta del fantástico poder idiotizador del fútbol. ¿Que no? ¿A ustedes no les llama la atención que todos los antiguos locos del pueblo, ahora discapacitados municipales, sean fanáticos del fútbol? Pues eso.
La mala suerte de ser católico
Cuánta paciencia, lunes 12 de abril de 2010
Con una cierta cadencia punitiva, con esa habitual desesperanza del católico medio, en Polonia dicen que no les queda otra que llorar. También dicen que como país tienen demasiada mala suerte. En fin, más que llorar, deberían espabilar a ver cómo salen de la crisis, y más que hablar de mala suerte, habría que preguntarse por qué un avión intenta un aterrizaje imposible hasta en cuatro ocasiones a pesar de que los controladores de vuelo les indicaron que se desviaran a otro aeropuerto por culpa de la niebla. No es mala suerte, quizá ganas de la cúpula polaca de encontrarse con su creador. Como bien dicen los expertos, la mala suerte existe, pero también se puede buscar, como la buena. Si cruzas una avenida transitada con el semáforo en rojo y sin mirar, tienes muchas probabilidades de que te atropellen, no es que tengas mala suerte.
Desde el punto de vista del ateo recalcitrante, o del agnóstico con dudas, sorprende las reacciones tan ultracatólicas de la Polonia trágica. Cabría preguntarse si buena parte de esa condición melancólica de la historia que tiene la nación polaca viene señalada por su querencia por el catolicismo. Pero de todas las declaraciones que quedan del desastre del pasado sábado, destaca la del ex ministro de Exteriores, Adam Rotfeld. El caballero dijo: “¡Cielo santo, esto no puede suceder ni siquiera en una guerra! ¡No es posible que tantos altos mandos del Ejército mueran en un solo día ni en la peor de las derrotas!”. Ven, otra declaración mentirosa.
Los grandes generales hacen la guerra sobre todo para no morir ellos, y lo más normal es que no mueran ellos. Mueren otros, los generales sobreviven y, si el enemigo está un poco pesado, a lo mejor los encarcela y los somete a juicio. Miren, por ejemplo: buena parte de la cúpula militar alemana murió ajusticiada después de la guerra, pero no como resultado directo de la derrota. En general, siempre los que nos mandan sobreviven a todas las derrotas, incluso sobreviven a sus victorias, los que la palman somos los soldaditos de pie.
Con una cierta cadencia punitiva, con esa habitual desesperanza del católico medio, en Polonia dicen que no les queda otra que llorar. También dicen que como país tienen demasiada mala suerte. En fin, más que llorar, deberían espabilar a ver cómo salen de la crisis, y más que hablar de mala suerte, habría que preguntarse por qué un avión intenta un aterrizaje imposible hasta en cuatro ocasiones a pesar de que los controladores de vuelo les indicaron que se desviaran a otro aeropuerto por culpa de la niebla. No es mala suerte, quizá ganas de la cúpula polaca de encontrarse con su creador. Como bien dicen los expertos, la mala suerte existe, pero también se puede buscar, como la buena. Si cruzas una avenida transitada con el semáforo en rojo y sin mirar, tienes muchas probabilidades de que te atropellen, no es que tengas mala suerte.
Desde el punto de vista del ateo recalcitrante, o del agnóstico con dudas, sorprende las reacciones tan ultracatólicas de la Polonia trágica. Cabría preguntarse si buena parte de esa condición melancólica de la historia que tiene la nación polaca viene señalada por su querencia por el catolicismo. Pero de todas las declaraciones que quedan del desastre del pasado sábado, destaca la del ex ministro de Exteriores, Adam Rotfeld. El caballero dijo: “¡Cielo santo, esto no puede suceder ni siquiera en una guerra! ¡No es posible que tantos altos mandos del Ejército mueran en un solo día ni en la peor de las derrotas!”. Ven, otra declaración mentirosa.
Los grandes generales hacen la guerra sobre todo para no morir ellos, y lo más normal es que no mueran ellos. Mueren otros, los generales sobreviven y, si el enemigo está un poco pesado, a lo mejor los encarcela y los somete a juicio. Miren, por ejemplo: buena parte de la cúpula militar alemana murió ajusticiada después de la guerra, pero no como resultado directo de la derrota. En general, siempre los que nos mandan sobreviven a todas las derrotas, incluso sobreviven a sus victorias, los que la palman somos los soldaditos de pie.
Club de no fumadores intolerantes
Cuánta paciencia, viernes 9 de abril de 2010
Hay un club de fumadores por la tolerancia. Es uno de los mejores chistes que leí en mi vida de no fumador, un club de fumadores por la tolerancia. Desde la perspectiva de este no fumador, les voy a explicar cómo sería un fumador tolerante. Sería uno que no es que pida permiso cada vez que quiera fumar, sino que se de perfecta cuenta de cuándo puede o no puede fumar. Si tiene personas cerca que no fuman y no muestran intención de hacerlo, no hace falta ni pedir permiso. Si está en un restaurante rodeado de mesas ocupadas, no hace falta pedir permiso, ni siquiera debe pedir permiso a sus compañeros de mesa. Si ve niños, mayores, mujeres embarazadas, se puede guardar de fumar aunque el recinto lo permita. Eso es un fumador tolerante. Y esos fumadores, sencillamente, no existen.
La culpa no es de ellos, sino de la puñetera nicotina. Los fumadores son adictos y enfermos, están dominados por una droga muy adictiva. Esa adicción les lleva a ser maleducados y desconsiderados, puede que esa adicción les lleve incluso a montar asociaciones como el famoso club de fumadores por la tolerancia, que hace falta ser hipócrita. Los fumadores son tan pero que tan tolerantes que la única manera de que los no fumadores respiremos un poco en paz es mediante leyes. Y los no fumadores seguiremos respirando mejor si las leyes prosperan y, de una vez por todas, se prohíbe fumar en cualquier lugar público. Porque el vicio de fumar será peligroso para la persona que lo consume, pero por desgracia también lo es para las otras personas, que no tienen nada que ver. Y de eso hablamos, no de tolerancia, sino de peligros. Y la ley lo que quiere es evitarnos esos peligros. No nos vengan con clubes de fumadores tolerantes porque eso no hay quién se lo crea.
Hay un club de fumadores por la tolerancia. Es uno de los mejores chistes que leí en mi vida de no fumador, un club de fumadores por la tolerancia. Desde la perspectiva de este no fumador, les voy a explicar cómo sería un fumador tolerante. Sería uno que no es que pida permiso cada vez que quiera fumar, sino que se de perfecta cuenta de cuándo puede o no puede fumar. Si tiene personas cerca que no fuman y no muestran intención de hacerlo, no hace falta ni pedir permiso. Si está en un restaurante rodeado de mesas ocupadas, no hace falta pedir permiso, ni siquiera debe pedir permiso a sus compañeros de mesa. Si ve niños, mayores, mujeres embarazadas, se puede guardar de fumar aunque el recinto lo permita. Eso es un fumador tolerante. Y esos fumadores, sencillamente, no existen.
La culpa no es de ellos, sino de la puñetera nicotina. Los fumadores son adictos y enfermos, están dominados por una droga muy adictiva. Esa adicción les lleva a ser maleducados y desconsiderados, puede que esa adicción les lleve incluso a montar asociaciones como el famoso club de fumadores por la tolerancia, que hace falta ser hipócrita. Los fumadores son tan pero que tan tolerantes que la única manera de que los no fumadores respiremos un poco en paz es mediante leyes. Y los no fumadores seguiremos respirando mejor si las leyes prosperan y, de una vez por todas, se prohíbe fumar en cualquier lugar público. Porque el vicio de fumar será peligroso para la persona que lo consume, pero por desgracia también lo es para las otras personas, que no tienen nada que ver. Y de eso hablamos, no de tolerancia, sino de peligros. Y la ley lo que quiere es evitarnos esos peligros. No nos vengan con clubes de fumadores tolerantes porque eso no hay quién se lo crea.
El estudiante enrrabietado
Cuánta paciencia, jueves 8 de abril de 2010
Hoy Kiko y toda la gente de ‘Roscas y cotufas’ están haciendo la radio que se ve, un eslogan posible aunque suene absurdo de CanariasRadio la Autonómica, y lo está haciendo con personas que en breve harán radio, los alumnos del Politécnico en Las Palmas de Gran Canaria. Y hablando con él sobre este programa especial, este comentarista recordó que también fue alumno de imagen y sonido, o sea, que podría estar ahí como persona de la RadioTelevisiónCanaria que una vez fue alumno de imagen y sonido. Y claro, te pones tonto con el recuerdo, creo que a eso lo llaman nostalgia. El recuerdo melancólico resulta que te llega con los 35, porque empiezas a darte cuenta de que todas las cosas importantes de tu vida ocurrieron a partir de tus quince, o sea, ¡hace veinte años! Depresión total, siempre y cuando no sigas dándole caña a la vida y pendiente de todo lo nuevo que pasa, esa que es la clave para no convertirse en un acabado. Lo único peor de ser un pesado en esta vida es convertirse en un acabado que solo vale para evocar tiempos mejores. El presente siempre es lo mejor, qué demonios.
Pero uno recuerda lo que le pasaba por la cabeza en aquellos tiempos estudiantiles, sobre todo esa frustración y temor por no llegar a ser lo que querías llegar a ser. Luego la cosa va fluyendo son sorprendente naturalidad durante tu vida. No sé si hay una fórmula, pero hay varios elementos que ayudan, como trabajar sin descanso, y siempre mostrarse dispuesto y contento. Todos somos personas comprensivas, pero los trabajadores no podemos con los vagos inoperantes. También es bueno manejarse con coherencia, no mentir, dar razones y no excusas, aprender de los errores, pero también de los aciertos, y sobre todo, como me dijo mi primo Alfonso hace poco, ser siempre decente, una cosa que se dice fácil, pero que es muy complicado de cumplir.
Esos chicos y chicas que hoy ayudan a Kiko y a su equipo a hacer ‘Roscas y cotufas’ van a tener que pelear duro, pero están en una lucha fantástica, una lucha que muchos querrán pisotear. Solo me atrevo a decirles que lo mejor que pueden hacer es acostarse cada día con la sensación de que han hecho un buen trabajo y que no metieron la pata con nadie.
Hoy Kiko y toda la gente de ‘Roscas y cotufas’ están haciendo la radio que se ve, un eslogan posible aunque suene absurdo de CanariasRadio la Autonómica, y lo está haciendo con personas que en breve harán radio, los alumnos del Politécnico en Las Palmas de Gran Canaria. Y hablando con él sobre este programa especial, este comentarista recordó que también fue alumno de imagen y sonido, o sea, que podría estar ahí como persona de la RadioTelevisiónCanaria que una vez fue alumno de imagen y sonido. Y claro, te pones tonto con el recuerdo, creo que a eso lo llaman nostalgia. El recuerdo melancólico resulta que te llega con los 35, porque empiezas a darte cuenta de que todas las cosas importantes de tu vida ocurrieron a partir de tus quince, o sea, ¡hace veinte años! Depresión total, siempre y cuando no sigas dándole caña a la vida y pendiente de todo lo nuevo que pasa, esa que es la clave para no convertirse en un acabado. Lo único peor de ser un pesado en esta vida es convertirse en un acabado que solo vale para evocar tiempos mejores. El presente siempre es lo mejor, qué demonios.
Pero uno recuerda lo que le pasaba por la cabeza en aquellos tiempos estudiantiles, sobre todo esa frustración y temor por no llegar a ser lo que querías llegar a ser. Luego la cosa va fluyendo son sorprendente naturalidad durante tu vida. No sé si hay una fórmula, pero hay varios elementos que ayudan, como trabajar sin descanso, y siempre mostrarse dispuesto y contento. Todos somos personas comprensivas, pero los trabajadores no podemos con los vagos inoperantes. También es bueno manejarse con coherencia, no mentir, dar razones y no excusas, aprender de los errores, pero también de los aciertos, y sobre todo, como me dijo mi primo Alfonso hace poco, ser siempre decente, una cosa que se dice fácil, pero que es muy complicado de cumplir.
Esos chicos y chicas que hoy ayudan a Kiko y a su equipo a hacer ‘Roscas y cotufas’ van a tener que pelear duro, pero están en una lucha fantástica, una lucha que muchos querrán pisotear. Solo me atrevo a decirles que lo mejor que pueden hacer es acostarse cada día con la sensación de que han hecho un buen trabajo y que no metieron la pata con nadie.
No quiero ser tesorero
Cuánta paciencia, miércoles 7 de abril de 2010
Qué fantásticos los detalles del famoso sumario de la trama Gürtel. Está el rollo del tesorero. Casi todos los seres humanos hemos participado en las directivas de pequeñas asociaciones o colectivos, que tienen su presidente, su secretario y el famoso tesorero. Ciertas personas prefieren no ser tesoreros, por eso de las complicaciones de andar con la caja de todos. El tesorero del PP está metido hasta las trancas en el tema, pero el PP por ahora hace que no se entera, una práctica deliciosamente común en los partidos políticos, que se empeñan en meterse con sus contrarios, pero disimulan muy bien sus errores. Es una moda esta la de políticos que no actúan donde deben actuar, sino que prefieren hablar de otras cosas.
La lucha partidista evita ver que estamos ante uno de los mayores escándalos de la democracia, y de nuevo con varios elementos repetidos de fondo. Primero, la alegría con la que políticos y cargos públicos aceptan regalos y dádivas, sin tener en cuenta de dónde vienen los regalos, o tomando muchísima nota del autor del obsequio. El periódico ‘El Mundo’, en absoluto sospechoso de ser contrario a los intereses políticos del PP, publica un jugoso listado con todos los gastos que le pagaron al ex diputado en Madrid Benjamín Martín Vasco. El hombre vivía a todo trapo y no gastaba mucho, porque pagaban por él. Si con esta propaganda no aumentamos las vocaciones políticas, mal andamos. La de político con cargo es una profesión tremenda, te pagan bastante más de lo que conseguirías por tus méritos propios en la empresa privada, dispones de un montón de privilegios que ningún cargo privado puede soñar, encima te blindan en según qué cargos con jugosas pensiones tras dos legislaturas en el poder, y de paso, hay personas dispuestas a pagarles viajes, presuntos amigos que dan regalos, hasta que los jueces rompen con esas amistades.
Otro de los elementos repetidos en todas estas tramas de corrupción está en la manía que tienen ciertas empresas en cobrarle un montón de más a las administraciones públicas. Justo cuando debería ser al contrario, si esas empresas ofrecen un servicio para una entidad pública, que es dinero de todos, deberían que cobrar menos por responsabilidad, porque no conviene enriquecerse del dinero de todos nosotros. Hace poco me contaron que cierta empresa que acaba de hacer cierta reforma para cierta institución regional, cobró un dinero desorbitado por un enmoquetado. Si a todos nos parece tan normal mamar de la teta colectiva, entonces es que debemos de hacer algo gordo para arreglar este gran y colectivo disparate.
Qué fantásticos los detalles del famoso sumario de la trama Gürtel. Está el rollo del tesorero. Casi todos los seres humanos hemos participado en las directivas de pequeñas asociaciones o colectivos, que tienen su presidente, su secretario y el famoso tesorero. Ciertas personas prefieren no ser tesoreros, por eso de las complicaciones de andar con la caja de todos. El tesorero del PP está metido hasta las trancas en el tema, pero el PP por ahora hace que no se entera, una práctica deliciosamente común en los partidos políticos, que se empeñan en meterse con sus contrarios, pero disimulan muy bien sus errores. Es una moda esta la de políticos que no actúan donde deben actuar, sino que prefieren hablar de otras cosas.
La lucha partidista evita ver que estamos ante uno de los mayores escándalos de la democracia, y de nuevo con varios elementos repetidos de fondo. Primero, la alegría con la que políticos y cargos públicos aceptan regalos y dádivas, sin tener en cuenta de dónde vienen los regalos, o tomando muchísima nota del autor del obsequio. El periódico ‘El Mundo’, en absoluto sospechoso de ser contrario a los intereses políticos del PP, publica un jugoso listado con todos los gastos que le pagaron al ex diputado en Madrid Benjamín Martín Vasco. El hombre vivía a todo trapo y no gastaba mucho, porque pagaban por él. Si con esta propaganda no aumentamos las vocaciones políticas, mal andamos. La de político con cargo es una profesión tremenda, te pagan bastante más de lo que conseguirías por tus méritos propios en la empresa privada, dispones de un montón de privilegios que ningún cargo privado puede soñar, encima te blindan en según qué cargos con jugosas pensiones tras dos legislaturas en el poder, y de paso, hay personas dispuestas a pagarles viajes, presuntos amigos que dan regalos, hasta que los jueces rompen con esas amistades.
Otro de los elementos repetidos en todas estas tramas de corrupción está en la manía que tienen ciertas empresas en cobrarle un montón de más a las administraciones públicas. Justo cuando debería ser al contrario, si esas empresas ofrecen un servicio para una entidad pública, que es dinero de todos, deberían que cobrar menos por responsabilidad, porque no conviene enriquecerse del dinero de todos nosotros. Hace poco me contaron que cierta empresa que acaba de hacer cierta reforma para cierta institución regional, cobró un dinero desorbitado por un enmoquetado. Si a todos nos parece tan normal mamar de la teta colectiva, entonces es que debemos de hacer algo gordo para arreglar este gran y colectivo disparate.
martes, 6 de abril de 2010
Fernando se divierte
Cuánta paciencia, lunes 5 de marzo de 2010
No sé si saben que Fernando Alonso ayer corrió casi todo el gran premio de no sé dónde con su coche sin embrague, desembragado, vamos. Al final el coche se le hizo cisco y el pobre hombre no pudo terminar el gran premio de la quinta puñeta, pero el caballero asturiano declaró que fue la carrera más divertida de su carrera, precisamente.
Pues menos mal que un deportista dice que se divierte, porque desde que el figurín español de turno, desde Nadal, que parece medio lelo, hasta el mismo Frenando Alonso, son depositarios de la fe y del buen humor de decenas de miles de personas en este país tan aburrido, esto del deporte se está convirtiendo en un tema demasiado tostonazo. Una importante página digital española, elmundo.es, cambió desde hace poco tiempo su portada para darle mayor importancia al deporte masivo. No deja de ser curioso que un medio que parece apostar por la denuncia constante de los poderes públicos, de los poderes públicos del PSOE, eso sí, muestre tanto cariño por la versión moderna del pan y circo, que por ahora es cafeína y fútbol.
Como se le ponte tanto foco encima al deporte, parece que todo lo relacionado con el deporte es importantísimo, como aquel dicho de que el fútbol no es una cuestión de vida y muerte, sino algo más serio que eso. En fin, por culpa del deporte, debemos escuchar chorradas semejantes. Y como en el deporte parece todo tan trascendente, tan definitivo y tan universal, ya nos olvidamos que toda carrera deportiva empezó con un niño que se divertía: pegándole patadas a una pelota, corriendo más que sus amigos, dándole viajes a una pelota con una raqueta o pisando el acelerador de un kart. Menos mal que Fernando Alonso mantiene el juicio y nos recuerda a todos que esto es divertido y punto.
No sé si saben que Fernando Alonso ayer corrió casi todo el gran premio de no sé dónde con su coche sin embrague, desembragado, vamos. Al final el coche se le hizo cisco y el pobre hombre no pudo terminar el gran premio de la quinta puñeta, pero el caballero asturiano declaró que fue la carrera más divertida de su carrera, precisamente.
Pues menos mal que un deportista dice que se divierte, porque desde que el figurín español de turno, desde Nadal, que parece medio lelo, hasta el mismo Frenando Alonso, son depositarios de la fe y del buen humor de decenas de miles de personas en este país tan aburrido, esto del deporte se está convirtiendo en un tema demasiado tostonazo. Una importante página digital española, elmundo.es, cambió desde hace poco tiempo su portada para darle mayor importancia al deporte masivo. No deja de ser curioso que un medio que parece apostar por la denuncia constante de los poderes públicos, de los poderes públicos del PSOE, eso sí, muestre tanto cariño por la versión moderna del pan y circo, que por ahora es cafeína y fútbol.
Como se le ponte tanto foco encima al deporte, parece que todo lo relacionado con el deporte es importantísimo, como aquel dicho de que el fútbol no es una cuestión de vida y muerte, sino algo más serio que eso. En fin, por culpa del deporte, debemos escuchar chorradas semejantes. Y como en el deporte parece todo tan trascendente, tan definitivo y tan universal, ya nos olvidamos que toda carrera deportiva empezó con un niño que se divertía: pegándole patadas a una pelota, corriendo más que sus amigos, dándole viajes a una pelota con una raqueta o pisando el acelerador de un kart. Menos mal que Fernando Alonso mantiene el juicio y nos recuerda a todos que esto es divertido y punto.
La bandera eólica
Cuánta paciencia, miércoles 31 de marzo de 2010
Las banderas, en fin, esos trapos de colores en los que se deposita la fe en la patria. A los soldados, durante años, se les enseñaba que había que seguir su bandera y hacer todo lo posible por hacerse con la bandera del enemigo. Las banderas son bastante rollo, incluso tienen su impacto político. Hay formaciones políticas que huyen de las banderas y de toda la simbología patriótica con bastante pavor, hasta el punto de pasarse. Hay otras formaciones políticas obsesionadas con la bandera y el rollo ese de las patrias y las nacionalidades. Hace unos años, se montó una buena en Las Palmas de Gran Canaria con la pedazo de bandera que se instaló por aquellos lares. Aquello fue un poco esperpento, porque la bandera se cayó, y patatín patatán. La cosa tuvo un instante disparatado cuando cierto concejal de Santa Cruz de Tenerife, perteneciente precisamente a la misma formación política que colocó la super bandera en Las Palmas, propuso instalar un mástil un par de metros más alto en la capital chicharrera que el de la ciudad vecina y rival. Una tontería mayúscula que se quedó, por suerte, en un par de titulares de prensa y en varias columnas de opinión, pero sin mástil ni banderita.
Ahora, otro ayuntamiento de otra formación política, tiene la idea de instalar unos aerogeneradores en el famoso mástil, pero que nada de recuperar la bandera. Una lástima, porque lo interesante sería plantear una nueva evolución en el rollo banderita que demuestre, además, que en Canarias también hay investigación y podemos dar con inventos útiles para la humanidad.
Por ejemplo, ¿qué tal una bandera que con su movimiento lustroso al viento genere también energía? Así aplacamos las ansias de representatividad patriotera de los cuatro de siempre, y somos verdes, contribuimos a reducir el cambio climático y de paso, generamos industria. La idea no parece mala y la regalo, cualquier cosa con tal de que no volvamos a perder el tiempo con absurdos debates sobre banderas y mástiles.
Las banderas, en fin, esos trapos de colores en los que se deposita la fe en la patria. A los soldados, durante años, se les enseñaba que había que seguir su bandera y hacer todo lo posible por hacerse con la bandera del enemigo. Las banderas son bastante rollo, incluso tienen su impacto político. Hay formaciones políticas que huyen de las banderas y de toda la simbología patriótica con bastante pavor, hasta el punto de pasarse. Hay otras formaciones políticas obsesionadas con la bandera y el rollo ese de las patrias y las nacionalidades. Hace unos años, se montó una buena en Las Palmas de Gran Canaria con la pedazo de bandera que se instaló por aquellos lares. Aquello fue un poco esperpento, porque la bandera se cayó, y patatín patatán. La cosa tuvo un instante disparatado cuando cierto concejal de Santa Cruz de Tenerife, perteneciente precisamente a la misma formación política que colocó la super bandera en Las Palmas, propuso instalar un mástil un par de metros más alto en la capital chicharrera que el de la ciudad vecina y rival. Una tontería mayúscula que se quedó, por suerte, en un par de titulares de prensa y en varias columnas de opinión, pero sin mástil ni banderita.
Ahora, otro ayuntamiento de otra formación política, tiene la idea de instalar unos aerogeneradores en el famoso mástil, pero que nada de recuperar la bandera. Una lástima, porque lo interesante sería plantear una nueva evolución en el rollo banderita que demuestre, además, que en Canarias también hay investigación y podemos dar con inventos útiles para la humanidad.
Por ejemplo, ¿qué tal una bandera que con su movimiento lustroso al viento genere también energía? Así aplacamos las ansias de representatividad patriotera de los cuatro de siempre, y somos verdes, contribuimos a reducir el cambio climático y de paso, generamos industria. La idea no parece mala y la regalo, cualquier cosa con tal de que no volvamos a perder el tiempo con absurdos debates sobre banderas y mástiles.
Maradona no muerde a un perro
Cuánta paciencia, lunes 30 de marzo de 2010
Qué día de noticias absurdas. A Maradona no le muerde un periodista, sino un perro. Eso lleva al eterno debate de siempre sobre la importancia de una noticia. Los periodistas viejunos les dicen a los jóvenes que noticia no es que un hombre muerda a un perro, sino que un perro muerda a un hombre. Cuánta ingenuidad. Como tantas frases magistrales, el reduccionismo no vale, porque noticia es que un perro muerda a según qué hombre y sobre todo si el perro se come a ese hombre. Si el hombre mordido es Maradona, no te cuento.
El debate sobre el interés de la noticia llega a la revelación de Ricky Martin. Por si no lo saben, el cantante por fin decidió hacer pública su homosexualidad. Y decimos lo de “por fin” porque este pobre chico vivía en una mentira como la gran bomba latina para las hembras latinas. Ahora, es la bomba latina a secas y genera una duda sobre buena parte de su repertorio porque, ¿a qué María se refería el caballero con lo del pasito pa’lante? Después de escuchar la canción, la lectura que arrojo ahora es que se trata de un alegato antidrogas y anti marijuana. Y ‘La bomba’, tres cuartos de lo mismo, sube sube que la bomba va. Y el She Bangs, y lo otro y lo de más allá. Decenas de vídeos de Ricky Martin rodeado de señoritas que menean el pandero. O sea, todo mentira o todo una interpretación en pos de un sueño, el de convertirse en sueño húmedo de la mitad de las mujeres del globo terráqueo. Esas mujeres ahora están sumidas en la pena, pero a la vez agradecidas porque, en ese arquetipo del mejor amigo homosexual de toda mujer, ¿a que señora no le gustaría tener a Ricky Martin como compañeros de confidencia de cama, él con sus líos y tú con los tuyos? En fin, que como alguna se ponga, puede demandar a Ricky Martin por desengaño de fan. Ver los vídeos de Ricky en plan rompebragas da un poco de pena, pero bueno, el hombre también ganó su pasta con el engaño, así que devuelva una parte y que siga viviendo feliz con lo que le queda.
Al que no parece que le queda mucho de pasta para vivir es a Jaume Matas. El juez está muy enfadado con él y le cascó tres millones de euros de fianza. Es una faena. Nadie quiere ir a la cárcel, e intuyo que el señor Matas estará haciendo todo lo posible por pagar la pasta, pero si reúne los tres millones, le lanza al mundo el mensaje de que es culpable y que trincó. El juez de Mallorca es un señor muy puñetero.
Qué día de noticias absurdas. A Maradona no le muerde un periodista, sino un perro. Eso lleva al eterno debate de siempre sobre la importancia de una noticia. Los periodistas viejunos les dicen a los jóvenes que noticia no es que un hombre muerda a un perro, sino que un perro muerda a un hombre. Cuánta ingenuidad. Como tantas frases magistrales, el reduccionismo no vale, porque noticia es que un perro muerda a según qué hombre y sobre todo si el perro se come a ese hombre. Si el hombre mordido es Maradona, no te cuento.
El debate sobre el interés de la noticia llega a la revelación de Ricky Martin. Por si no lo saben, el cantante por fin decidió hacer pública su homosexualidad. Y decimos lo de “por fin” porque este pobre chico vivía en una mentira como la gran bomba latina para las hembras latinas. Ahora, es la bomba latina a secas y genera una duda sobre buena parte de su repertorio porque, ¿a qué María se refería el caballero con lo del pasito pa’lante? Después de escuchar la canción, la lectura que arrojo ahora es que se trata de un alegato antidrogas y anti marijuana. Y ‘La bomba’, tres cuartos de lo mismo, sube sube que la bomba va. Y el She Bangs, y lo otro y lo de más allá. Decenas de vídeos de Ricky Martin rodeado de señoritas que menean el pandero. O sea, todo mentira o todo una interpretación en pos de un sueño, el de convertirse en sueño húmedo de la mitad de las mujeres del globo terráqueo. Esas mujeres ahora están sumidas en la pena, pero a la vez agradecidas porque, en ese arquetipo del mejor amigo homosexual de toda mujer, ¿a que señora no le gustaría tener a Ricky Martin como compañeros de confidencia de cama, él con sus líos y tú con los tuyos? En fin, que como alguna se ponga, puede demandar a Ricky Martin por desengaño de fan. Ver los vídeos de Ricky en plan rompebragas da un poco de pena, pero bueno, el hombre también ganó su pasta con el engaño, así que devuelva una parte y que siga viviendo feliz con lo que le queda.
Al que no parece que le queda mucho de pasta para vivir es a Jaume Matas. El juez está muy enfadado con él y le cascó tres millones de euros de fianza. Es una faena. Nadie quiere ir a la cárcel, e intuyo que el señor Matas estará haciendo todo lo posible por pagar la pasta, pero si reúne los tres millones, le lanza al mundo el mensaje de que es culpable y que trincó. El juez de Mallorca es un señor muy puñetero.
China es mala
Cuánta paciencia martes, 23 de marzo de 2010
Pues en China resulta que hicieron unas olimpiadas muy monas, pero que no hay democracia. Hay tan poca democracia que hasta san Google está mosqueado. Google es esa empresa que lo hace todo bien, lo bastante como para que, a lo tonto a lo tonto, casi todo lo que hacemos dependa de ellos: nuestras búsquedas de Internet, nuestros correos electrónicos, nuestras agendas. No sé ustedes, pero este santo Job a veces se preocupa de dejar tantas cosas en manos de san Google.
La preocupación hasta ayer era mayor, porque san Google, con tal de seguir ganando pasta y de no mosquear al gran gigante chino, prefería manejarse con cautela en ese país, tanta como para permitir un uso vigilado y censurado de su buscador de Internet. Pero Google ahora dice que no, y lo hace bien. Por ahora desvían las búsquedas a su página de Honk Kong para permitir las búsquedas sin la vigilancia del gobierno chino.
Es una suerte, aunque con esto de la crisis económica, China ya no es ese ejemplo de crecimiento y creación de riqueza, sino que se convierte en un ejemplo de producción masiva de tonterías dentro de un país de gobierno curioso. Y todo eso amparado en una cierta dictadura digamos que comunista para alegría de los empresarios de occidente, que no sabían, no contestaban hasta ahora sobre China. Entre los medios de comunicación ubicados digamos que a la derecha, está muy de moda recordar los muchos genocidios y crímenes de estado de Stalin, como si toda la izquierda del mundo tuviera la culpa de eso. Pero esos mismos medios digamos que ubicados a la derecha criticaban poco a China porque, total, tendrán su censura, su pena de muerte y su falta de democracia, pero no dejaban de ser un estado boyante. Es más o menos como le ocurre a ciertos digamos que intelectuales, o más bien ciertos cineastas, con la dictadura cubana, que los árboles de los logros sociales tipo educación y sanidad les impiden ver el bosque de la falta de derechos humanos. Y con esto no hace falta ninguna duda, no hay que dar el menor paso atrás ante la falta de libertades, y ahí sí que acierta Google.
Pues en China resulta que hicieron unas olimpiadas muy monas, pero que no hay democracia. Hay tan poca democracia que hasta san Google está mosqueado. Google es esa empresa que lo hace todo bien, lo bastante como para que, a lo tonto a lo tonto, casi todo lo que hacemos dependa de ellos: nuestras búsquedas de Internet, nuestros correos electrónicos, nuestras agendas. No sé ustedes, pero este santo Job a veces se preocupa de dejar tantas cosas en manos de san Google.
La preocupación hasta ayer era mayor, porque san Google, con tal de seguir ganando pasta y de no mosquear al gran gigante chino, prefería manejarse con cautela en ese país, tanta como para permitir un uso vigilado y censurado de su buscador de Internet. Pero Google ahora dice que no, y lo hace bien. Por ahora desvían las búsquedas a su página de Honk Kong para permitir las búsquedas sin la vigilancia del gobierno chino.
Es una suerte, aunque con esto de la crisis económica, China ya no es ese ejemplo de crecimiento y creación de riqueza, sino que se convierte en un ejemplo de producción masiva de tonterías dentro de un país de gobierno curioso. Y todo eso amparado en una cierta dictadura digamos que comunista para alegría de los empresarios de occidente, que no sabían, no contestaban hasta ahora sobre China. Entre los medios de comunicación ubicados digamos que a la derecha, está muy de moda recordar los muchos genocidios y crímenes de estado de Stalin, como si toda la izquierda del mundo tuviera la culpa de eso. Pero esos mismos medios digamos que ubicados a la derecha criticaban poco a China porque, total, tendrán su censura, su pena de muerte y su falta de democracia, pero no dejaban de ser un estado boyante. Es más o menos como le ocurre a ciertos digamos que intelectuales, o más bien ciertos cineastas, con la dictadura cubana, que los árboles de los logros sociales tipo educación y sanidad les impiden ver el bosque de la falta de derechos humanos. Y con esto no hace falta ninguna duda, no hay que dar el menor paso atrás ante la falta de libertades, y ahí sí que acierta Google.
Bajen los balones
Cuánta paciencia, viernes 19 de marzo de 2010
Sale un aviso para que suban un poco el pedal con los denunciantes del llamado Caso Kárate, que los medios de comunicación dejen un poco en paz a las presuntas víctimas, que la cosa está muy cargada. No es nuevo, ya pasó con las víctimas del accidente de Spanair en Barajas, aquel avión que viajaba con destino a Gran Canaria. Las familias de las víctimas no supieron cómo sacarse de encima tanto agobio. Y vemos fotos en primera página del famoso Torres Baena y conviene acordarse del caso de Diego Pastrana, que pasó de tener mirada de asesino a ser un acusado de mentira. Las pruebas con Torres Baena son excesivas pero como es habitual, siempre hay que pedir un poco de calma, toda vez que el juicio aún no se celebró ni hay sentencia en contra.
Unos dicen que se muere el periodismo, otros dicen que el periodismo debería manejarse con un poco de calma. Como siempre, esperando el término medio nos damos cuenta de que hay que contar la noticia, pero que hay muchas maneras de dar la noticia. Sobre todo hay maneras de dar la noticia pesando en dos intereses. Por una parte, el público quiere saber, aunque no sé si queremos saber todo el lujo de escabrosos detalles sexuales que se publican en el famoso sumario del Caso Kárate. Por otra parte, está el respeto a unas víctimas que ya tienen bastante con lo suyo.
Una vez más, el Caso Kárate pasará al olvido de los medios, ahora estamos más pendientes de la calima. El trabajo del periodista tiene un lado amargo, es esa sensación de estar aprovechando fragmentos de la vida de otras personas, muchas veces las partes más crudas, para hacer el trabajo periodístico atractivo, no sé si el mejor, pero sí el que todos ustedes quieren ver, leer y oír. Hay veces que sabes que en lugar de ayuda, buscas el dato esencial y que mañana pasarás a otra cosa. Pero de vez en cuando, los cadáveres del periodismo aparecen, y no siempre se trata de una pesadilla.
Sale un aviso para que suban un poco el pedal con los denunciantes del llamado Caso Kárate, que los medios de comunicación dejen un poco en paz a las presuntas víctimas, que la cosa está muy cargada. No es nuevo, ya pasó con las víctimas del accidente de Spanair en Barajas, aquel avión que viajaba con destino a Gran Canaria. Las familias de las víctimas no supieron cómo sacarse de encima tanto agobio. Y vemos fotos en primera página del famoso Torres Baena y conviene acordarse del caso de Diego Pastrana, que pasó de tener mirada de asesino a ser un acusado de mentira. Las pruebas con Torres Baena son excesivas pero como es habitual, siempre hay que pedir un poco de calma, toda vez que el juicio aún no se celebró ni hay sentencia en contra.
Unos dicen que se muere el periodismo, otros dicen que el periodismo debería manejarse con un poco de calma. Como siempre, esperando el término medio nos damos cuenta de que hay que contar la noticia, pero que hay muchas maneras de dar la noticia. Sobre todo hay maneras de dar la noticia pesando en dos intereses. Por una parte, el público quiere saber, aunque no sé si queremos saber todo el lujo de escabrosos detalles sexuales que se publican en el famoso sumario del Caso Kárate. Por otra parte, está el respeto a unas víctimas que ya tienen bastante con lo suyo.
Una vez más, el Caso Kárate pasará al olvido de los medios, ahora estamos más pendientes de la calima. El trabajo del periodista tiene un lado amargo, es esa sensación de estar aprovechando fragmentos de la vida de otras personas, muchas veces las partes más crudas, para hacer el trabajo periodístico atractivo, no sé si el mejor, pero sí el que todos ustedes quieren ver, leer y oír. Hay veces que sabes que en lugar de ayuda, buscas el dato esencial y que mañana pasarás a otra cosa. Pero de vez en cuando, los cadáveres del periodismo aparecen, y no siempre se trata de una pesadilla.
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