Cuánta paciencia, jueves 8 de abril de 2010
Hoy Kiko y toda la gente de ‘Roscas y cotufas’ están haciendo la radio que se ve, un eslogan posible aunque suene absurdo de CanariasRadio la Autonómica, y lo está haciendo con personas que en breve harán radio, los alumnos del Politécnico en Las Palmas de Gran Canaria. Y hablando con él sobre este programa especial, este comentarista recordó que también fue alumno de imagen y sonido, o sea, que podría estar ahí como persona de la RadioTelevisiónCanaria que una vez fue alumno de imagen y sonido. Y claro, te pones tonto con el recuerdo, creo que a eso lo llaman nostalgia. El recuerdo melancólico resulta que te llega con los 35, porque empiezas a darte cuenta de que todas las cosas importantes de tu vida ocurrieron a partir de tus quince, o sea, ¡hace veinte años! Depresión total, siempre y cuando no sigas dándole caña a la vida y pendiente de todo lo nuevo que pasa, esa que es la clave para no convertirse en un acabado. Lo único peor de ser un pesado en esta vida es convertirse en un acabado que solo vale para evocar tiempos mejores. El presente siempre es lo mejor, qué demonios.
Pero uno recuerda lo que le pasaba por la cabeza en aquellos tiempos estudiantiles, sobre todo esa frustración y temor por no llegar a ser lo que querías llegar a ser. Luego la cosa va fluyendo son sorprendente naturalidad durante tu vida. No sé si hay una fórmula, pero hay varios elementos que ayudan, como trabajar sin descanso, y siempre mostrarse dispuesto y contento. Todos somos personas comprensivas, pero los trabajadores no podemos con los vagos inoperantes. También es bueno manejarse con coherencia, no mentir, dar razones y no excusas, aprender de los errores, pero también de los aciertos, y sobre todo, como me dijo mi primo Alfonso hace poco, ser siempre decente, una cosa que se dice fácil, pero que es muy complicado de cumplir.
Esos chicos y chicas que hoy ayudan a Kiko y a su equipo a hacer ‘Roscas y cotufas’ van a tener que pelear duro, pero están en una lucha fantástica, una lucha que muchos querrán pisotear. Solo me atrevo a decirles que lo mejor que pueden hacer es acostarse cada día con la sensación de que han hecho un buen trabajo y que no metieron la pata con nadie.
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