Cuánta paciencia martes, 23 de marzo de 2010
Pues en China resulta que hicieron unas olimpiadas muy monas, pero que no hay democracia. Hay tan poca democracia que hasta san Google está mosqueado. Google es esa empresa que lo hace todo bien, lo bastante como para que, a lo tonto a lo tonto, casi todo lo que hacemos dependa de ellos: nuestras búsquedas de Internet, nuestros correos electrónicos, nuestras agendas. No sé ustedes, pero este santo Job a veces se preocupa de dejar tantas cosas en manos de san Google.
La preocupación hasta ayer era mayor, porque san Google, con tal de seguir ganando pasta y de no mosquear al gran gigante chino, prefería manejarse con cautela en ese país, tanta como para permitir un uso vigilado y censurado de su buscador de Internet. Pero Google ahora dice que no, y lo hace bien. Por ahora desvían las búsquedas a su página de Honk Kong para permitir las búsquedas sin la vigilancia del gobierno chino.
Es una suerte, aunque con esto de la crisis económica, China ya no es ese ejemplo de crecimiento y creación de riqueza, sino que se convierte en un ejemplo de producción masiva de tonterías dentro de un país de gobierno curioso. Y todo eso amparado en una cierta dictadura digamos que comunista para alegría de los empresarios de occidente, que no sabían, no contestaban hasta ahora sobre China. Entre los medios de comunicación ubicados digamos que a la derecha, está muy de moda recordar los muchos genocidios y crímenes de estado de Stalin, como si toda la izquierda del mundo tuviera la culpa de eso. Pero esos mismos medios digamos que ubicados a la derecha criticaban poco a China porque, total, tendrán su censura, su pena de muerte y su falta de democracia, pero no dejaban de ser un estado boyante. Es más o menos como le ocurre a ciertos digamos que intelectuales, o más bien ciertos cineastas, con la dictadura cubana, que los árboles de los logros sociales tipo educación y sanidad les impiden ver el bosque de la falta de derechos humanos. Y con esto no hace falta ninguna duda, no hay que dar el menor paso atrás ante la falta de libertades, y ahí sí que acierta Google.
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