Cuánta paciencia, martes 15 de junio
Dicen que el presidente Zapatero tiene ojeras. Oigan, qué menos. Por mucho que digamos de los políticos, hay ciertos cargos que son un sufrir y en general avejentan, sobre todo si el cargo es de presidente. Sí, querido público, muestren un poco de empatía, por favor. Piensen por un momento que un presidente de gobierno regional o nacional tiene que mandar sobre un conjunto de ministros, directores generales, consejeros y viceconsejeros, o sea, que tiene que controlar a un montón de políticos a su cargo. ¿No es un horror? Es como si fuera la mami de todos los políticos, y encima siempre tendrá la culpa de todo. Por ahí se ven carteles con ofertas sobre la crisis donde se coloca una imagen de Zapatero. ¿Cómo se lucha contra eso? La crisis global, internacional, iniciada por una banca desbocadísima y con muchas ganas de hacer dinero a toda pastilla, continuada por una clase media que se creyó eso de que la felicidad estaba en el consumo constante, la burbuja inmobiliaria, en fin, de todo eso la culpa es de un solo señor. Seguro que a ustedes también se les escapó algún chiste sobre Zapatero y la crisis.
Pues lo mismo, y de todos los males de Canarias, tiene la culpa el señor Paulino Rivero. Nunca te lo contará ningún presidente de nada, pero seguro que muchas veces ellos mismos tienen la sensación de estar al frente de un atajo de toletes, toletes en sus equipos de gobierno, pero también toletes en su ciudadanía. Es simpático imaginar que, a cierta hora de la noche, cuando se acaba la agenda, nuestros presidentes se sirven una copita a lo Margaret Tatcher, sueltan la lengua y dirán las cuatro cosas que de verdad piensan sobre todo, sobre todo que están al frente de un atajo de toletes. ¿Ustedes no pensarían lo mismo?
El peso del poder es complicado, de ahí que en ciertos países se limiten los cargos de responsabilidad a solo dos legislaturas. No es una manera de evitar que el poder quede en manos siempre de los mismos, se trata más bien de una prescripción médica. Ms de dos legislaturas de presidente terminarían con cualquiera. Felipe González sobrevivió gracias a los bonsáis y a su bodeguilla. Siempre entre los periodistas y los cronistas políticos se comenta el desgaste facial que sufre el presidente canario de turno en su ejercicio, lo dijimos de Adán Martín, lo mencionamos ahora con Paulino Rivero, lo dice Felipe González de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero mira, nunca lo mencionamos de otros presidentes, y no conviene dar nombres. Porque el poder avejenta solo cuando te lo tomas en serio.
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