lunes, 7 de junio de 2010

Sueño perdido

Cuánta paciencia, lunes 24 de mayo de 2010

Gente perdiendo sueño por el final de ‘Perdidos’. Es complicado plantear un término medio con esta famosa serie, porque estamos ante ese tipo de creaciones de extremos, blanco o negro, o amor pasional o pasotismo absoluto. Conviene siempre posicionarse. Este que les escribe lo intentó un par de veces con ‘Lost’, pero no hubo manera. Puedo justificar que la considero artificiosa y cargada de trucos para engañar al espectador, les añado que esta cabeza que escribe columnas se lleva mal con la ciencia ficción en general, pero está siguiendo animosamente la nueva versión de ‘V’ que precisamente emite TelevisiónCanaria. No es un gusto corporativo, es que la serie no está nada mal.

La edad de oro de la ficción televisiva obliga a engancharse a las series. Qué verbo reflexivo ese, uno se engancha a las series, no las sigue o las visiona, se engancha. Dice mucho del fanatismo que generan estas ficciones, con personajes extremos y situaciones exageradas. Desde un House que sigue siendo inaguantable, y ahora, peor, previsible, hasta unos agentes de policía que resuelven el caso por media uña que encuentran en un cadáver o porque el presunto asesino movió las cejas mal en un interrogatorio. Todo muy obtuso y directo, pero todo con una factura impecable.

Quizá de todo ese lote, por lo que cuentan los fanáticos de ‘Lost’, la serie de un avión que cayó en una isla y que luego se descojonó a base de bien con cosas cada vez más extrañas, es la que más exigía al paciente adicto a las series. Y miren, a pesar de no poder con este título en particular, me agrada tanta puñetería y la manera en que pone a prueba la paciencia de los seguidores. Hoy todos los adictos a ‘Perdidos’ tienen un mosqueo de mil pares de narices, porque lo pobres se esperaban un final del todo. Se olvidan de una cosa, esto es industria, y siempre que la caja sigua sonando, nada puede acabarse, siempre hay que dejar tema para volver en el futuro. Los ingenuos somos nosotros, que nos creemos que todas esas mentiras pueden incluso ser verdad.

No hay comentarios: