jueves, 17 de junio de 2010

El trabajador y sus herramientas

Cuánta paciencia, miércoles 16 de junio de 2010

Los paracas británicos tienen una larga historia. Churchill creo las unidades paracaidistas del ejército británico en los primeros años de la segunda guerra mundial. Y de ahí en adelante, participaron de manera activa en la liberación de Europa del yugo nazi. Estuvieron en Sicilia, en la invasión de la Italia continental, en el famoso día D, en la fallida operación Market Garden, con una épica batalla en una ciudad de los Países Bajos llamada Arnhem, lugar que visité engañando a mi señora en un viaje en Amsterdam para ver de cerca aquello. Toda una batalla por un puente, que fue lo que fue. Los paracas británicos también saltaron al otro lado del Rhin. En fin, que se cubrieron de merecida gloria.

Pero los soldados sirven para todo, para liberar, para llevar ayuda humanitaria, y también para oprimir. Los paracaidistas del ejército británico fueron una pieza esencial de la ocupación británica de Irlanda del Norte. Y fueron los herederos de esos paracaidistas gloriosos los que cometieron el disparate de la matanza de Londonderry. En 1972, disparos de paracaidistas británicos mataron a 14 personas durante una manifestación Por fin se supo ayer, tras nada menos que 12 años de investigación, que la matanza fue injustificada, no hubo provocación de los manifestantes. Tampoco hubo, según la comisión de investigación, uno de esos complots de los grandes poderes que tanto gustan a las personas que prefieren la información simple a la información profunda.

Todo es bueno. Dejar que una comisión investigue durante tanto tiempo, aceptar unas conclusiones que contentan a casi todas las partes, sobre todo mostrar que eso de la teoría conspirativa era mentira, a pesar de que nos encanten. Pero lo importante es que al final, como el asalto de la flotilla de Israel, todo se reduce es un soldado que se deja llevar por el miedo y emplea las herramientas de su trabajo. Solo son personas contra personas, unas disparan y otras mueren. A veces no hace falta complicarse tanto con las respuestas.

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